Proverbios 29:15-27
El pasaje nos enseña a disciplinar con la buena palabra a los hijos y al pueblo. Además de eso, nos advierte contra los peligros del enojo y la soberbia.
Vv. 25, 26. Es quien gobierna con autoridad sobre todo el mundo. Dios es quien realiza toda justicia. Por eso, no debemos temer a quien tiene poder y dinero en este mundo, sino vivir adorando a Dios. ¿Vive confiando en el dinero, la experiencia, el reconocimiento y en las personas con poder por encima de Dios?
Enseñanzas
Vv. 15, 17. El castigo y la advertencia llevan a los hijos por el buen camino, pero si ahorramos en esto, llevamos al hijo hacia la destrucción. Si de verdad ama a su hijo, debe disciplinarlo. Dios disciplina a quienes ama. No debe castigarlo según sus emociones, sino que debe hacerlo respetando la persona de su hijo.
Vv. 16, 7. La oscuridad odia la luz. Pareciera que en este mundo los malvados son prosperados, pero en algún momento su buena fortuna va a terminar. Por eso, no envidie la prosperidad de ellos y viva adorando a Dios hasta el final.
V. 18. La visión no debe basarse en sus ambiciones, sino en la Palabra de Dios. Si desechan la Palabra, el líder y el pueblo terminan en la destrucción. El bendecido es quien medita la Palabra de Dios de día y de noche. ¿Está usted meditando la Palabra de Dios y viviendo de acuerdo con los valores de Dios? ¿Está usted educando a sus hijos de acuerdo con esos valores?
Vv. 19, 21. Hay que advertir a los siervos. Porque si no les advertimos, ellos también terminan siendo irrespetuosos. En el trabajo hace falta adiestrar a los empleados. No es bueno pasar por alto las malas conductas de ellos.
Vv. 20, 22. Nos advierte contra nuestra personalidad violenta. Quien confía en Dios no es iracundo ni violento. Sus palabras son suaves.
Oración. Que nuestros hijos vivan toda su vida meditando la palabra de Dios.
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