Amós 9:1-15
El pasaje manifiesta el juicio perfecto y minucioso de Dios sobre Israel, por medio de la quinta visión. Sin embargo, aun en medio de la desesperanza, alumbra la luz de la esperanza al prometer restaurar el reino de David.
¿Cómo es Dios?
V. 1. Es el Señor del juicio y la destrucción. Dios se para junto al altar, el centro de la gracia, no para bendecir a los adoradores sino para destrozar los lugares que van desde las columnas del santuario hasta las puertas. La ruina del santísimo altar, que ofrece el perdón y la gracia, muestra que Dios ya no está más con ellos.
Vv. 2-4. Persigue hasta el fin. No hay ningún lugar en donde hombre alguno se pueda esconder del juicio de Dios, porque todas las naciones extranjeras, la naturaleza y el universo están bajo su soberanía. ¿Este interés de Dios es hoy para nosotros motivo de gratitud por su misericordia o de temor?
Vv. 5, 6. Crea al mundo y lo gobierna a su manera. Por lo tanto, pongamos nuestras vidas humildemente delante de él.
Vv. 7, 8a. Al momento de ejecutar su juicio, no hace distinción entre Israel y las naciones extranjeras. Porque, aunque fueron para Dios un pueblo especial al que liberó de la esclavitud, ellos, como los cusitas, fueron indiferentes a su amor, y cometieron los mismos pecados que los reinos del mundo. ¿Nosotros, que por la gracia redentora de Jesús fuimos hechos hijos de Dios, no vivimos como los hijos del mundo?
Vv. 8b-10. Aunque Dios juzga a las naciones pecadoras, no olvida de sus promesas hechas a la casa de Jacob. El Señor va a distinguir entre los justos y los injustos para que el fuego de su ira no caiga sobre el piadoso. Aquella persona que declara la inexistencia de Dios va a ser castigada, pero el que escucha la advertencia de juicio y se arrepiente viviendo en devoción a la palabra de Dios obtendrá ciertamente vida eterna.
Vv. 11-15. Es el restaurador (“levantaré”, “repararé”, “reconstruiré”). Nuestro Dios es un Padre misericordioso. Ha dado al más pecador su reino como herencia, permitiéndole que regrese al redil, arrepentido. Dios cumplirá fielmente la promesa del nuevo pacto establecido con nosotros por medio de la cruz de su hijo Jesucristo de la misma forma que guardó con fidelidad el pacto hecho a David. Recuerde el gran amor que Dios tiene por nosotros.
Oración. Te doy gracias porque tú le has derramado misericordia al pecador y lo has levantado en Jesús para darle tu reino como heredad.
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