Amós 2:9-16
Dios reprocha a Israel la conducta semejante a la de los pueblos a los que él derroto frente a ellos, a pesar de su poder, declarando cuál será el castigo por su pecado.
¿Cómo es Dios?
Vv. 9, 10. Condujo a su pueblo por camino de victoria, destruyendo a sus enemigos y les dio como heredad la tierra. Caminando con Israel en el desierto, Dios venció al rey amorreo y al rey de Basán (Deuteronomio capítulos 2 y 3), derrotó a los pueblos de Canaán (Números 7:1) e hizo que su pueblo conquistara la tierra de los amorreos. Este resultado no fue un logro de Israel, sino producto de la ayuda de Dios. La bendición de ser pueblo de Dios también es un regalo inmerecido que él nos dio.
V. 11. No solo da como bendición la tierra de los enemigos sino también su palabra, levantando siervos para que su pueblo viva todos los días en su gracia. En estos momentos, también nos enseña con su palabra eterna y nos recuerda el modelo de vida que llevaron los nazareos. Encuéntrese con la gracia de Dios que, por medio de su palabra y poniendo como ejemplo la vida de su santo pueblo, desafía su vida.
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