En el pasaje de hoy se distinguen dos clases de personas: 1. Las que son de la carne, quienes insisten en la observancia de la ley como condición para la justificación. 2. Las que son del Espíritu Santo, quienes son justificadas por la fe según la promesa del Señor. Estos dos tipos de personas dan frutos, pero con resultados diferentes.
Enseñanzas
Vv. 16-18. Las personas que pretenden ser justas por las obras de la ley, afirman la necesidad de creer en Jesús, sin embargo, por cuanto ellos no viven según el Espíritu Santo, viven llevados por los deseos de la carne. Pero, aquellos que viven guiados por el Espíritu Santo jamás invalidan la gracia de la Cruz. Por lo tanto, si no seguimos la guía del Espíritu Santo mediante la Palabra de Dios, viviremos conforme a nuestras ambiciones como los orgullosos e hipócritas que viven atados a la ley.
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