martes, 23 de julio de 2019

La Palabra y la tentación

Santiago 1:12-27
Luego de exponer la promesa de Dios como premio a la resistencia en las pruebas, escribe que escuchar y llevar a la práctica la Palabra de Dios vence la tentación.
¿Cómo es Dios?

V. 12. Otorga la corona de la vida (la salvación) al que soporta la tentación y la supera por fe. Cuando amamos más a Dios que al mundo y reconocemos que la gloria venidera es incomparable con las aflicciones del tiempo presente, podemos triunfar en las pruebas (Romanos 8:18).
Vv. 17, 18. No tienta, más bien da toda buena dádiva y todo don perfecto y nos hace nacer de nuevo por la Palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. Cuando no vivimos de acuerdo a nuestras ambiciones, recibimos el regalo del Padre de luz y nos fortalecemos con su Palabra.
Enseñanzas
Vv. 13, 14. Nuestros propios deseos son los que nos arrastran a caer en la tentación. No culpe a la sociedad o al entorno, es por su pecado. Culpar a otros es ser como Adán quien responsabilizó a Dios por haber creado a Eva. ¿Cuáles son sus afanes? ¿A quién atribuye la culpa de sus pecados?
V. 15. Si resistimos la tentación con paciencia, recibiremos la corona de la vida; pero si no abandonamos nuestros deseos carnales, engendraremos pecado y, en consecuencia, sufriremos la condenación de la muerte eterna. Si no meditamos en la Palabra de Dios, de ninguna manera podremos descubrir nuestras malas intenciones (Salmos 19; Hebreos 4:12, 13).
Leer artículo completo en Meditación Bíblica Para Cada día Julio-Agosto 2019

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