martes, 2 de octubre de 2018

No menosprecies la sabiduría

NO MENOSPRECIES LA SABÍDURÍA - Eclesiastés 9:11-18

La persona que se obsesiona por los resultados del esfuerzo no es sabia. Esto es debido a que es mucho más imprescindible el encuentro con Dios, quien nos da la sabiduría y la enseñanza dentro del curso del trabajo.

Enseñanzas


Vv. 11, 12. El predicador dice que no por ser más veloz gana la carrera. Asimismo, tampoco por ser más valiente gana la batalla. La victoria y la derrota del esfuerzo no solo influyen en la sabiduría, inteligencia y capacidad de uno. Es común ver a nuestro alrededor personas quienes, a pesar de los empeños, se desmoronan instantáneamente en aflicción debido a la imposibilidad del cumplimiento de sus metas, las desgracias no deseadas o las dificultades. La suerte y la desgracia de la vida y la muerte del hombre están gobernadas y dominadas solamente por Dios. Por lo tanto, no debemos vivir arrogantes confiando en algunas de nuestras virtudes o capacidades ni, por el contrario, vivir con el complejo de inferioridad empecinándonos en los defectos o la falta de talento, ni obsesionarnos en los fracasos o ver con pesimismo las dificultades advenidas repentinamente, sino esmerarnos en encontrarnos con Dios quien nos enseña y da sabiduría a través de estas situaciones.

Vv. 13-18. La sabiduría es más poderosa que las armas de guerra. Hasta una persona pobre puede salvar por medio de la sabiduría a su congregación, a su familia y a su nación. Aunque sea indigente o ignorante, si vive de acuerdo a la sabiduría de Dios, dada por medio de su Palabra, posee la capacidad de salvar la vida de los demás; pero si vive como un pecador no siguiendo los sabios consejos de Dios, no hace más que estorbar y destruir las obras de Dios. Además, el predicador menciona que nadie se acordó del hombre pobre que libró a la ciudad. Su sabiduría ha sido menospreciada a causa de su pobreza, y nadie inclinó sus oídos en las palabras del indigente. Sin embargo, el predicador dice que es mejor escuchar las palabras serenas del sabio que el griterío del rey de los necios. ¿No desprecia a la persona sabia con la única razón de que es pobre y no aprecia más a las personas con riqueza y poder?

Oración: Que viva el día siguiendo tu sabiduría y no el poder del mundo.

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