La fe que espera la recompensa Hebreos 11:13-26
Luego de resumir la naturaleza común de la fe de los antepasados (vv. 13-16), el autor presenta la fe de Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés y la de sus padres.
Enseñanzas
Vv. 13-16. Los patriarcas dejaron impresionantes huellas de fe en esta tierra. Si bien ellos no pudieron ver el cumplimiento de las promesas en sus épocas, las vieron desde lejos y las aceptaron con alegría. Y, puesto que pusieron sus esperanzas en el reino de los cielos, vivieron como extranjeros y peregrinos en esta tierra. Por eso, Dios se complació de ellos, porque vivieron como peregrinos en este mundo por medio de la fe. Como este mundo no es nuestra patria natal, sufrimos dolores y dificultades por causa de las personas que no creen en Dios. ¿Vive como peregrino en esta tierra, deseando la patria celestial y confiando en la promesa de Dios? ¿Dónde tiene puesto su corazón? ¿en el reino eterno o en las riquezas, el honor y la educación de sus hijos?
Vv. 17-19. Por fe, Abraham, cuando recibió la prueba de su completa obediencia a Dios, tomó a su hijo Isaac para ofrecerle en sacrificio. Así lo hizo Abraham, porque confió en que Dios cumpliría su promesa de aumentarle la descendencia por medio de Isaac. La fe verdadera es, entonces, confiar en la promesa de Dios.
Vv. 20-22. Isaac, Jacob y José pudieron hablar con seguridad sobre los acontecimientos futuros, porque los vieron de antemano con los ojos de la fe. Todos ellos actuaron de esta manera con sus descendientes, pues confiaron en que Dios cumpliría su promesa.
V. 23. Por la fe, los padres de Moisés no tuvieron temor de desobedecer la ley del faraón. Sus actos trajeron grandes resultados que influyeron en el destino del pueblo de Israel. La fe soporta cualquier peligro o temor.
Vv. 24-26. Por la fe, Moisés renunció su posición real y eligió una vida de sufrimiento, porque confió en la existencia de Dios y el plan para con su pueblo. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar la gloria de este mundo, y consideró de más valor sufrir la deshonra de Cristo. ¿Desea disfrutar el esplendor de este mundo o anhela el reino eterno de Dios, a pesar de todos los sufrimientos que pueda padecer?
Oración: Señor, dame la fe para poder ver y creer en aquello que no se ve.
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