Esfuércense por entrar en el reposo Hebreos 4:1-13
El autor de Hebreos exhorta a esforzarse por entrar en el reposo, que es la meta final, sin seguir el ejemplo del pueblo Israel que fracasó. Una vez más nos advierte sobre el peligro de la desobediencia.
¿Cómo es Dios?
Vv. 12, 13. Con palabras vivas y poderosas, nos da el reposo. Esta Palabra de vida revela lo profundo de nuestro corazón y pensamiento. La palabra de Dios nos ayuda a entrar en el reposo eterno sin caer en la desobediencia. Acérquese a la palabra de Dios todos los días. Refleje, cada día, su vida a la luz de la Palabra.
Enseñanzas
Vv. 1, 2, 11. Debemos ser cuidadosos y velar para no ser excluidos del reposo de Dios. El pueblo de Israel no pudo entrar en el reposo por su desobediencia, y esto nos sirve de ejemplo para no caer en la misma desobediencia y, así, poder permanecer en la fe, porque estamos expuestos al mismo peligro en estos últimos días. Aunque participemos regularmente en las reuniones de la iglesia, pero desobedecemos con un corazón endurecido jamás llegaremos a la salvación.
Vv. 3, 9. Los que creemos por fe ya estamos en el reposo. Los que han recibido a Jesús ya están participando del reposo escatológico, aunque el cumplimiento de este reposo todavía permanece en el futuro. Entraremos finalmente en el reposo de Dios si guardamos la verdadera Fe y seguimos en el camino del peregrino.
Vv. 8-11. El pueblo de Israel entró en la tierra esperada y gozó del reposo. Pero Canaán no fue la tierra del reposo eterno (v. 9) sino solo una sombra del mismo. Obtenemos el reposo eterno solo mediante Cristo. Debemos caminar por fe este peregrinaje para llegar al reposo eterno de Dios.
Vv. 4, 10. El reposo del que gozamos fue iniciado desde la primera creación y fue cumplido mediante la redención de Cristo (Colosenses 2:16-17). Debemos agradecer a Dios por el reposo que obtuvimos mediante Cristo en cada reunión del domingo y alegrarnos por la esperanza del reposo venidero.
El autor de Hebreos exhorta a esforzarse por entrar en el reposo, que es la meta final, sin seguir el ejemplo del pueblo Israel que fracasó. Una vez más nos advierte sobre el peligro de la desobediencia.
¿Cómo es Dios?
Vv. 12, 13. Con palabras vivas y poderosas, nos da el reposo. Esta Palabra de vida revela lo profundo de nuestro corazón y pensamiento. La palabra de Dios nos ayuda a entrar en el reposo eterno sin caer en la desobediencia. Acérquese a la palabra de Dios todos los días. Refleje, cada día, su vida a la luz de la Palabra.
Enseñanzas
Vv. 1, 2, 11. Debemos ser cuidadosos y velar para no ser excluidos del reposo de Dios. El pueblo de Israel no pudo entrar en el reposo por su desobediencia, y esto nos sirve de ejemplo para no caer en la misma desobediencia y, así, poder permanecer en la fe, porque estamos expuestos al mismo peligro en estos últimos días. Aunque participemos regularmente en las reuniones de la iglesia, pero desobedecemos con un corazón endurecido jamás llegaremos a la salvación.
Vv. 3, 9. Los que creemos por fe ya estamos en el reposo. Los que han recibido a Jesús ya están participando del reposo escatológico, aunque el cumplimiento de este reposo todavía permanece en el futuro. Entraremos finalmente en el reposo de Dios si guardamos la verdadera Fe y seguimos en el camino del peregrino.
Vv. 8-11. El pueblo de Israel entró en la tierra esperada y gozó del reposo. Pero Canaán no fue la tierra del reposo eterno (v. 9) sino solo una sombra del mismo. Obtenemos el reposo eterno solo mediante Cristo. Debemos caminar por fe este peregrinaje para llegar al reposo eterno de Dios.
Vv. 4, 10. El reposo del que gozamos fue iniciado desde la primera creación y fue cumplido mediante la redención de Cristo (Colosenses 2:16-17). Debemos agradecer a Dios por el reposo que obtuvimos mediante Cristo en cada reunión del domingo y alegrarnos por la esperanza del reposo venidero.
Oración: Ayúdame a ser obediente y participar del reposo venidero.
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