Miqueas 4:1-13
Luego de proclamar el mensaje del juicio severo sobre el pueblo de Dios (capítulos 1-3), ahora se anuncian las palabras de la asombrosa salvación y restauración. Esto es una luz en medio del nubarrón.
Vv. 1-4. En los últimos días (aquel día), Dios establecerá el nuevo templo y abrirá un tiempo de auténtica paz. Dios promete un nuevo templo al pueblo desesperanzado tras recibir el mensaje de destrucción del templo de Jerusalén (ver 3:12). Y, además, les hace la promesa de instruirles la verdad personalmente y en aquel lugar. De esta manera, vendrá la verdadera paz en donde alumbra la luz de la palabra y cada uno experimentará la genuina satisfacción debajo de sus árboles. Oremos para que nuestra sociedad pueda apreciar esta clase de misericordia mediante la palabra de Dios.
Vv. 6-8. Reúne a su pueblo y los restaura completamente. Esto significa que llamará a los que padecen de deficiencia física y a aquellos que viven como esclavos, y los sentará en el trono de la gloria. De la misma manera, Dios nos ha enviado esta palabra, quienes éramos personas insignificantes a causa del pecado y de la falta, y nos ha recogido en su Reino. Por esto, demos gracias al Señor por su misericordia de habernos sentado en el trono de su casa.
Vv. 9-13. Dios permite que su pueblo sufra dolores como si diese a luz un hijo. El Señor autoriza al pueblo judío la aflicción por la pérdida de líderes y la nación con el propósito de restablecerlos. Para el pueblo, este padecimiento será tan duro como el sufrimiento de la mujer que está por alumbrar. Sin embargo, esta clase de dolor es la mano de amor que el Padre extiende con el fin de curarlos e instruirlos en rectitud. ¿Se encuentra perdido y angustiado? Nuestro Dios se alegra de nosotros cuando confiamos en El en medio de la tribulación, pues por medio de ella el Padre nos enseña a obedecer; y cuando soportamos la obediencia a su Palabra. Ciertamente, El restaurará nuevamente el poder de la fuerza (v. 13).
Enseñanza
V. 5. Hoy en día, todas las personas viven una vida de fe variada. Empero, nosotros debemos confiar solo en la palabra de Dios y vivir cada día confiando solamente en el nombre de Dios. Evitemos seguir el camino de la multitud y sujetémonos únicamente a la palabra de Vida (Juan 6:68).
Oración: Danos, cada día, el valor para elegir el sufrimiento que la justicia de Dios trae.
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