domingo, 28 de abril de 2019

Lo que Dios busca

Miqueas 6:1-16                   

El pueblo de Israel responde de manera injusta ante la gracia de Dios. Por eso, Dios señala los pecados consuetudinarios y sistemáticos y anticipa el inevitable juicio.

¿Cómo es Dios?
Vv. 1, 2. Acusa al pueblo de Israel siguiendo los procedimientos de la ley. Dios no denunció a su pueblo, colocando por delegados a los profetas y llamando los firmes cimientos de la tierra, para acabar su relación con ellos, sino que los litigó para que, por medio de la disciplina y la reprensión, vuelvan nuevamente al pacto que El estableció. Meditemos con profundidad este amor tan especial de Dios que no nos abandona en la perdición del pecado y nos busca constantemente delatando nuestras transgresiones a través de su palabra. 

Vv. 3-5. Recuerda a su pueblo todas las obras que ha hecho hasta el presente. El pueblo de Israel estaba lleno de resentimiento y desagrado porque pensaba que Dios los estaba atormentando con severidad. Por esta razón, Dios les pregunta si les ha faltado algo hasta el momento. Ellos están descontentos con la voluntad de Dios justamente porque ignoraron completamente la misericordiosa mano de Dios que los sacó de Egipto y los protegió en el desierto durante los 40 años de peregrinación. ¿Cuánto estimamos esta protección especial de Dios que nos sacó de la esclavitud del pecado, nos envió a los líderes (Moisés, Aarón y Miriam) en los momentos oportunos de desvío y nos guio al reposo quebrando todos los recursos de satanás? La clave para entender el sufrimiento que padecemos está en recapitular la misericordia que Dios nos dio día a día.

Vv. 6-8. A través de la palabra, declara a su pueblo lo que es bueno, es decir, lo que el Señor desea de ellos. Practicar la justicia, amar la misericordia y vivir humildemente en intimidad con Dios. En vez de estudiar la palabra a fin de conocer algún misterio en especial, deberemos esmerarnos por cumplir uno de estos mandamientos que Dios nos exhibió. Pues, el Señor nos ha demostrado, por medio de su palabra, el modo en que debemos vivir.

Vv. 13-16. Destruye la vida de todas aquellas personas que abandonan a Dios por un puñado de riquezas y el poder pasajero, y siguen el camino de Omrí y Acab. Hará que todos sus esfuerzos sean en vano y sean burlas del mundo. ¿Qué cosas debe renunciar y que cosas aferrar para que todos mis afanes no resulten ser inútiles?

Enseñanzas
V. 9. El sabio oye y recibe con reverencia el castigo de Dios. Confía en la bondad de Dios a pesar de que no pueda ser explicado ni ser entendido. Esto es ser sabio y ser reverente. ¿Acaso no ha olvidado la sabiduría por actuar con imprudencia, y el temor por enfatizar la amistad?
Vv. 10-12.  Tanto los ritos religiosos desvirtuados (vv. 6, 7) como una vida corrompida son un problema. Dios buscaba amor y justicia, pero lo único que encontró fueron fiestas inicuas, balanzas alteradas y pesas falsas, práctica de la injusticia, etc. Aun así, ¿es correcto esperar que Dios cumpla su promesa? 

Oración: Te pido que nuestra congregación practique tu justicia, ame la misericordia y viva en humildad ante ti.

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