En el pasaje de hoy, el Señor anuncia al pueblo de Judá, que se encuentra ante la devastación a causa de la corrupción de los dirigentes, el mensaje sobre la venida del auténtico pastor y Mesías quien los reinará.
¿Cómo es Dios? Vv. 1, 3. Permite que, antes de la venida del Mesías, su pueblo experimente el dolor de la reprensión. Dios utiliza a Babilonia como vara para afligir a su pueblo y de esta manera corregir las transgresiones de Judá. Debemos recordar que nosotros también atravesamos por el valle de la amargura para ser perfeccionados y, por lo tanto, tenemos que aceptarlo con alegría. A pesar de nuestra pequeñez y debilidad, debemos mantener la esperanza de que Dios se levantará con su gran ejército y actuará por nosotros.
V. 2. De Belén, el distrito más pequeño de los condados de Judá, nacerá el Mesías que gobernará a su pueblo. El glorioso Dios, Origen y Supervisor del mundo, se vistió de hombre y nació en un pueblo tan insignificante como Belén. Esto es el maravilloso plan que Dios planeó para salvar a la insustancial y humilde humanidad del pecado.
Vv. 4-6. Cuando el Hijo de Dios, nuestro pastor nos pastoree, disfrutaremos de la auténtica estabilidad y, además, gozaremos de la genuina paz. El Hijo de Dios no movilizó un poderoso ejército para protegernos y darnos el reposo eterno, sino que se entregó en la cruz, obedeciendo totalmente la voluntad de Dios. Él es nuestra única paz. Por lo tanto, no busquemos la seguridad en otras cosas.
Vv. 7-9. A través del remanente de Jacob, Dios hará caer rocío y lluvia de misericordia sobre la tierra asolada. Esto quiere decir que Dios utilizará al “remanente de Jacob”, es decir, al Israel espiritual que vive sólo por fe sosteniendo con firmeza únicamente el evangelio de la gracia, como canal de bendición para este mundo. Con este propósito, Dios amansa, en ciertas ocasiones, a su pueblo como el rocío y la lluvia, y, otras veces, lo fortifica como el cachorro del león. ¿Cómo estamos participando hoy de este ministerio de bendición de Dios?
Vv. 10-15. Arranca todos los ídolos de en medio de su pueblo y restaura su pureza. El pueblo de Dios pierde su virginidad cuando vive disconforme con Dios y busca, como las personas del mundo, otras cosas en qué apoyarse para su propia protección. ¿Qué es lo que aún no puede abandonar?
Oración: Señor, edifícanos como una comunidad santa que confía solamente en el Dios de Paz y experimenta el poder de tu evangelio en todo momento.
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