El rey Saúl, que había regresado a su casa a trabajar al campo, fue conmovido por el poder del Espíritu Santo cuando escuchó que Israel fue humillado por Amón, reclutó a los soldados y salvó a su pueblo. Y después de haber renovado el reino en Gilgal, incluso la multitud que se oponía a Saúl lo reconoció como rey.
¿Cómo es Dios?
V. 6. Aunque Saúl fue elegido rey, no tuvo la oportunidad de demostrar su poder político. Pero ahora, el tímido Saúl se convirtió en un líder audaz por el Espíritu de Dios. La ira de Saúl no venía de un sentido de ofensa o daño personal, sino de una preocupación justa y santa por la causa de Jehová entre su pueblo. No se doblegue ni se debilite delante del mundo. El que le dio la misión le dará también el poder para sobrellevarla.
V. 7. Saúl llamó al pueblo de Israel a unirse a la batalla. Saúl envió una clara amenaza para el pueblo de Israel. El estilo de esta amenaza parece más de la mafia que del pueblo de Dios, pero Saúl quería dejar claro que fallar al levantarse y defender la causa de Dios en ese momento era pecado y sería castigado como pecado. Dios puso autoridad en las palabras de Saúl e hizo que los israelitas se llenaran de miedo.
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