sábado, 17 de diciembre de 2016

LOS MINISTROS QUE AGRADAN A DIOS

Texto: 1 Tesalonicenses 2:1-12

En este pasaje el apóstol explica el ministerio que llevó a cabo entre los hermanos de Tesalónica y cómo el Señor les ha ayudado en cada momento.

 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana;
pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.
Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño,
sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.
Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo;
ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos.
Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.
Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.
10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;
11 así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros,
12 y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.

Enseñanza
Vv. 3, 4. Pablo, que fue un ministro aprobado por Dios, no usó trucos para agradar a las personas. Más que eso, él deseaba agradar a Dios, quien prueba nuestros corazones. Si estamos pendientes en agradar a las personas mientras predicamos, podemos caer en la tentación de bifurca el mensaje.

Vv. 5-8. Pablo no usaba “palabras lisonjeras”, “no encubría avaricia” ni sacaba provecho de su cargo como apóstol; al contrario, él ministraba como una nodriza que cuida con ternura a sus niños, posible gracias al “amor” que había en él. Si no hay amor es imposible ser humilde y sacrificial. Medite cómo es el trato hacia los hermanos de su iglesia o hacia el grupo al que pertenece.

V. 9. A pesar de tener el derecho a recibir ofrendas, Pablo se encargaba personalmente de sus víveres, por temor a Dios.

Vv. 10-12. Pablo ministraba tan justa e irreprensiblemente que podía poner como testigos a Dios y a los hermanos para confirmarlo. Enseña a los hermanos dando el ejemplo. ¿Es usted un cristiano que actúa por la Palabra o que solo habla?

Oración: Señor, ayúdame a vivir este día para agradarte. Amén.


(Encuentra el estudio completo de este día en el libro de Meditación Bíblica Perú para cada día Noviembre - Diciembre 2016)

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