domingo, 27 de noviembre de 2016

DAVID Y EL PLAN DE DIOS

TEXTO: 1 Crónicas 17:1-15

Una vez finalizada la movilización del arca del pacto, David planea construir una casa para la misma. Sin embargo, Dios declara que no será así sino que Dios sería quien construya casa a David y que sería uno entre sus hijos quien edificaría casa a Jehová.






Pacto de Dios con David(2 S. 7.1-29)
17  Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas.
Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.
En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo:
Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite.
Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo.
Por dondequiera que anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?
Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel;
y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra.
Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes,
10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa.
11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.
12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.
13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti;
14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.
15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.

¿Cómo es Dios?
Vv. 1-4. Por medio de sus palabras declara su voluntad y guía correctamente lo que debería hacer David. A veces Dios produce el querer y el hacer en nuestros corazones (Filipenses 2:13), pero siempre es su Palabra la que tiene la respuesta final para guiar a su pueblo. Es decir que Natán, antes de afirmar el deseo de David por más recto pareciera su anhelo, debería haber consultado las palabras de Dios que poseen una cualidad mucho más nítida. ¿Son mis deseos demasiado grandes que llegan a tapar lo que Dios desea decirme acerca de ellos?
Vv. 5, 6. Cuando el pueblo de Israel iba de aquí para allí en el desierto luego del éxodo de Egipto, Dios también iba de aquí para allí junto a su pueblo. Dios no se queda fijo en un solo lugar, sino que está entre nosotros yendo a donde sea que vayamos. Pregúntese a sí mismo si hasta ahora no estuvo tratando de dejar a Dios “encerrado” en un edificio particular, en una iglesia o en una casa. No se engañe a sí mismo, Dios está siempre con usted y desea que usted lleve una vida gobernada por su Palabra, donde sea que esté.

Vv. 7-10a. Dios exalta el reinado de David y otorga verdadero reposo al pueblo. Cuando el pueblo de Israel recibía los ataques de los enemigos en la tierra de Canaán, el Dios de los ejércitos había prometido que permanecería con ellos luchando hasta darles reposo (Deuteronomio 12:10; 25:19), y lo cumple ahora. Hoy también, Dios continúa luchando junto a nosotros hasta dar reposo a sus hijos quienes creen en su promesa de salvación, el reposo de su Reino eterno consumado. Alabemos a Dios por su gracia y bondad (Isaías 62:7).

V. 10b. Dios promete construir casa a David. David había propuesto primero construir casa a Dios, pero el Señor responde que le haría casa a David primero. Este es el orden en el cual procede la gracia. Antes de proponerme hacer algo para Dios, primero debo reconocer la misericordia que él ha derramado en mi vida y vivir esta verdad. No se apresure a actuar sin antes priorizar su relación con Dios por sobre todas las cosas.

Vv. 11-14. Dios toma a la descendencia de David como su hijo y declara que sería a través de uno de sus hijos que su templo sería construido y que su trono sería afirmado para siempre. Esta promesa mesiánica se cumple en primera instancia a través de Salomón, pero se cumple verdadera y absolutamente a través de Jesucristo, que vino de la descendencia de David (Lucas 1:32, 33). Alabemos a Dios porque por su gracia podemos ser herederos del reino y participar de su asombrosa promesa por medio del evangelio de Jesucristo (Efesios 3:6).

Oración:

Dios de asombrosa gracia, quiero alabar por siempre tus maravillas, el milagro que has hecho en mi vida porque puedo creer que Jesús es mi rey. Amén. 

(Encuentra el estudio completo de este día en el libro de Meditación Bíblica Perú para cada día Noviembre - Diciembre 2016)
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