lunes, 19 de febrero de 2018

JESÚS ENSEÑA EN PARÁBOLAS

En este pasaje Jesús enseña a la multitud con diversas parábolas en la ribera del lago de Galilea. La interpretación de la presente parábola continúa en la parábola del día de mañana.



Enseñanzas 

Vv. 1, 2, 10-12. El hecho de que Jesús hable en parábolas demuestra que sólo las personas que las comprenden pueden entrar en el Reino de Dios. Y esto se separa, de acuerdo a las reacciones de la multitud ante las parábolas, en “ustedes” (los de adentro) y “los de afuera”. Los que están dentro del Reino de Dios las entienden y se acercan más al Reino de Cristo, sin embargo “los de afuera” serán alejados aún más de ese Reino a causa de las parábolas. Por consiguiente, no debemos pretender oír la palabra sólo con nuestros oídos físicos. Debemos ser conmovidos desde lo más profundo de nuestro corazón al escucharla y tener la disposición de responder a ella con nuestra vida. “Las enseñanzas” (v. 2) del Señor y nuestro “oír” (v. 9) son requisitos fundamentales que nos llevan a la genuina comprensión. Por lo tanto, no debemos escuchar la palabra de nuestro Señor a la simplicidad, sino escuchar y manifestar nuestra reacción con todo nuestro corazón. ¿Cómo responde a la Palabra de Jesús? ¿No escucha la prédica o no lee la biblia de manera negligente?

V. 3. Evoca la atención del auditorio introduciendo la parábola con la palabra “¡escuchad!” (Números 6:4). Esto significa que no hay que escuchar la parábola meramente a la ligera, sino oír y obedecerla. El hecho de que comience a contar la parábola de esta forma está en hacer entender la trascendencia de la parábola del Reino de Dios que Jesús ofrece, y enfatizar la obediencia a la palabra de Jesús, quien es el sembrador. No podemos percibir de manera cabal si no escuchamos cuidadosamente. Y si no percatamos de ella, en consecuencia no podremos entrar en el Reino de Dios. ¿Concentra su atención, con todo el corazón y con toda la mente, en la palabra del Señor? 

Vv. 4-8. Las tres primeras clases de terreno no producen frutos, y sólo el último fructifica. Si bien, el Reino de Dios aparenta estar fracasando por los boicoteos de la gente hacia la persona de Jesús y su palabra, el resultado final es el triunfo sobre ellos. Aunque nuestros confines están en desolación, no olvide que en la eventualidad el evangelio de Dios tendrá la victoria.

Oración: Ayúdame a inclinar mis oídos a tus palabras con todo el corazón y con toda la mente.

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