martes, 2 de mayo de 2017

PREPARATIVOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO

MARTES 2 DE MAYO                             2 CRÓNICAS 2:1-18

PREPARATIVOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO
Las cartas escritas por Salomón e Hiram, rey de Tiro, acerca de la construcción del templo, dan a entender la magnitud de la escala de la obra propuesta. Hiram, a través de su respuesta por carta testifica la grandeza de Dios y su gran amor y gracia.


¿Cómo es Dios?
Vv. 5, 6, 11, 12. Dios eligió a Salomón para construir el templo y señaló a Jerusalén para ser el lugar de fundación del mismo (Salmo 78:68). Dios recibe la adoración en el templo construido por manos humanas, y de esta manera derrama su gracia y amor para que el pueblo pueda disfrutar de su presencia. Aunque las personas decoren con lujo un edificio y cubran de piedras preciosas y nunca antes vistas cada rincón, si no es agradable al Señor ese templo es inútil y no es más que un gran pedazo de piedra. Esto quiere decir que el templo que Salomón construiría no se trataba de un acontecimiento en el que el ser humano hace algo para Dios, sino que es Dios quien permite este suceso para que su pueblo comprenda el amor que derrama sobre ellos. ¿Vivo agradeciendo la gracia de Dios que derrama sobre mi vida al utilizar a alguien débil y pobre como yo?


Enseñanzas
Vv. 1-6. Salomón confiesa que construye este templo para el nombre de Dios y no para su propio reconocimiento. Después de terminar la construcción no se exalta a sí mismo sino que confiesa “¿Quién, pues, soy yo…?”, y alaba la gracia de Dios que le dio el sostén necesario para acabar la obra que le había sido encomendada. El cargo o las obras que realizo en la comunidad de fe, ¿las estoy considerando como un medio para exaltar el nombre de Dios y para agradecer su gracia?

Vv. 2, 3, 7-10. Salomón puso todo su esfuerzo para hallar a la persona adecuada para el trabajo a realizar. Si bien había mucho material y personas que David, su padre, había preparado y llamado (1 Crónicas 22), Salomón acude al Rey Hiram para obtener materiales más preciosos y personas más preparadas para la obra. No es fácil reconocer honestamente la escala y cantidad de cosas que uno posee. Sin embargo, si mi interés genuino está puesto en el beneficio de la comunidad y no en mi propio nombre o reputación, tendré la capacidad de reconocer el mérito de otras personas y no le será vergonzoso buscar la ayuda de otro. Esforcémonos por vivir así.

Vv. 13-18. El rey Hiram envió a un hombre hábil y entendido para ayudar en la construcción del templo. Esta persona no solo tenía gran talento, sino que además, su madre era judía y por lo tanto, pareciera ser que era una persona que comprendía la importancia del templo en relación con Dios. ¿Hay alguna cosa que no ha intentado hacer o se rehúsa a hacer por vanas preocupaciones?

Oración

Señor, haz que pueda encontrar a hermanos y hermanas con quienes cooperar y animarnos mutuamente para que mis faltas sean completadas por sus virtudes y podamos juntos vivir para tu Reino y voluntad.

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